¡SOLUCIONADO!
Beth ha tenido hasta ahora tres vidas: una en el sitio donde nació, en la calle, y de donde la recogieron envenenada y preñada. La segunda en una clínica donde aprendió que no siempre los humanos son malos. Y la tercera, en un hogar, donde conoció la cama, el sol en el sofá, los mimos de uso exclusivo. Aquí fue donde se descubrió con una gata cariñosa en extremo, ronroneadora, a la que le gusta frotarse con las piernas y manos de los humanos. Ahora, necesitamos una cuarta vida para Beth, un nuevo hogar, definitivo, por qué no, donde pueda dar rienda suelta a todo su repertorio de mimos para siempre. Buscamos, urgentemente, un nuevo hogar para ella. ¿Quieres ser tú? ojatican@gmail.com
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